Esto no lo escribí para publicar, lo hice porque me salió hacerlo y te lo mando a vos para que lo leas y si querés lo compartas con otros tuercas, como vos y yo.
Mi reflexión ante lo inesperado.
No fui a Paysandú y como siempre seguí el rally por radio.
Enterado de lo sucedido y tras unas cuantas horas pensando en los espectadores accidentados, en la tripulación del auto, en las autoridades del club, de la intendencia y el municipio, y en cada uno de los tuercas, llegué a una triste y lamentable conclusión.
Mas de una vez estuve regalado a la orilla del camino, aún siendo consiente de donde me “mal ubicaba”.
Pero claro, yo quería estar antes que todos, con el mejor ángulo de curva, con la mejor visión del salto, o poder ver si el piloto metía la rueda allí donde yo, que nunca me senté en un auto de carrera suponía que debía ponerla para doblar perfecto.
Seguramente estarás diciendo ahora, yo también lo hice, y ahí es donde nosotros mismos debemos decirnos, ¡para loco!, de atrás del alambrado se ve igual, la foto saldrá mas lejos y la imagen pa´la tele también, pero tu vida y la mía, como la de este pandense valen mucho mas que ver tan de cerca. Y si nunca lo hiciste te felicito.
No se quien era este señor, aunque seguramente nos cruzamos mas de una vez a la orilla del camino, pero si era un tuerca como yo, ojala se sienta bien consigo mismo ya que como decimos habitualmente –y dicho con el mayor respeto- “murió en la ley”, haciendo lo que le gustaba.
Pero ojo que esto no es solo en la ruta, en la pista muchas veces hacemos lo mismo, cuidémonos entre todos, pero por favor cuídate tú mismo.
Mi abrazo para el C.U.R., para Russo – Lozano y para toda la familia tuerca.
Martín E. Milans de León
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